Thursday, September 20, 2018

A las cinco de la tarde




Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados

Derechos Reservados/Copyright ©


A las cinco de la tarde,
habló la voz del poeta,
entre forrajes y matorrales.
Buscando árbol de sangre,
y en fiebre de arcilla.

Un poeta,
que no se ha muerto para siempre
porque le visita un brazo de la noche, 
por su ventana.
Que se levanta para oír aullar al perro asirio
y ama a Gadalquivir.
Ése que lleva una rosa de sangre,
con el corazón roído de culebras.

Lorca camina en una silla de arena,
se viste con la pluma de vidrio
y mira con ojos de estrellas.

Mira jinetes muertos,
en caballito fríos.
ansía una mano,
para su agonía.

El poeta
de las arriesgadas y creativas metáforas
y los sueños de lunas. 
El poeta de las mil caras:
Lorca romántico,
Lorca político,
Lorca niño,
Lorca español,
Lorca del mundo.

Al que por amor,
le duele hasta el aire.
El de los romances canciones y baladas
al creador de sublimes historias en los poemas.
Aquél, que veía dulzuras infantiles en la naturaleza.

Balas siniestras,
pretenden enfriar su corazón de agua,
pero resurge con su pluma de sable,
con su voz que se columpia en las mentes de las gentes,
cual martillazo incesante.
Perdura sus letras en los oídos, en los papeles y homenajes.

Torero que no se dejó vencer en la plaza.
Aunque venía sangrando.
Que fue engañado por una casada,
que le dijo que era mozuela.

Hoy tu perfil en la arena,
es un viejo silencio,
con cara desolada.

Vuelve dulce cantor,
España te llora, en mantillas de puntillas...





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