Thursday, September 20, 2018

LORCA DRAMA MAGAZINE VOL 1 # 8



A la comunidad teatrera de América

Ayuda urgente para El Juglar de Cancun, QRO. Mexico




 A todo el público de El Juglar (José Luis Salgado) él está en el hospital general en Cancún cama 4 de terapia intermedia tiene una situación delicada de salud se necesita del apoyo de todo el que pueda aportar cualquier tipo de ayuda al número 4910896089381562 HSBC mayores informes al cel. (55) 2827 4922 con Mauricio Salgado de antemano gracias

Atentamente

Armando García
Editor Lorca Theatre Magazine

El Chuco Suave. Orale Carnal


Pues ahí viene el Chuco Suave, el carnal Rodney Garza a cerrar con broche de oro el festival conmemorativo chicano/latino de "Celebrando un triunfo" de la Ciudad de Cuernavaca, con su performance unipersonal " El Chuco loves la Che" desde mérito Califas para toda la banda teatrera de Morelos y alrededores acompáñenos en el teatro Ocampo jueves y viernes 7pm.(únicas funciones). "Más chucote que la chingada, órale esos...."COLARTES.

ESTA FUE MI DESPEDIDA Y HASTA PRONTO A UN AMIGO, UN HERMANO, UN MAESTRO...(En su aniversario Luctuoso).


Enrique Ballesté, fue un Artista del Renacimiento y como tal es inmortal hoy solo duerme, caminó entre calles y vecindades, pueblos y rancherías, pregonando su actuar y su canción, el viento el sol, la luna y sus amigos fueron sus compañeros, hijo del pueblo y de su tiempo, vivió las penurias de los artistas juglares comprometidos.
Amigos recordadle cuando en el futuro haya buenos gobiernos, pan, trabajo y amor, que un día por estas calles solitarias, caminaba con su guitarra en mano y su teatro, entonado el lenguaje de su pueblo en versos y canciones, para el pobre la luna y el amor...Jesús Montoya.



Hijo de exiliado español que en plena guerra civil tuvo que abandonar su país y fue acogido en tierras mexicanas, Enrique fue de inmediato un eterno curioso y amante de la música, componiendo canciones que de inmediato le abrieron las puertas en innumerables programas de radio, foros y peñas y en multitud de eventos a nivel continental en donde asumió el venerable costo de cantarle a la gente más humilde y también que peleaba en sindicatos, agrupaciones juveniles de estudiantes, gremios campesinos, uniones de cañeros, fraternidades indígenas y colonos.
Estudió en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y en donde en pleno conflicto estudiantil de 1968 no lo tomó por sorpresa y en cambio fue un ente solidario que con su actividad artística de inmediato se sumó en mítines, documentales como El Grito, premios y giras.
Sus canciones fueron grabadas en Cuba o Estados Unidos, en España o en Caracas, numerosos cantores y cantoras entonaron lo valiente y sencillo y talentoso de sus letras.

Ante todo fue gente de teatro y a él le dedicó su vida entera. Nos hizo sentir siempre que todos éramos importantes y el ajedrez, el futbol, los buenos libros, el piano y la bohemia nunca se escaparon, como nunca se escapará su amor inmaterial y su ejemplo de denunciar y proponer, de hermanar y nunca retroceder. 

DOS GOTAS DE AGUA Y UN HUEVO DE PALOMA




Por Febarsal

Caminaba por el sendero de los románticos plácidamente con el fin de llegar a la
meta de mis sueños; así anduve veinte años con la esperanza de que pronto llegaría al
paraíso de mis utopías, pero no vislumbraba ese valle. La senda se hacía cada vez más
espinosa y peliaguda y el pavimento casi intransitable, por lo que al llegar a una
confluencia de dos caminos en los que sólo se indicaba en dos burdos carteles: camino A,
camino B, decidí dar un reposo a mis turbadas neuronas, que, cansadas de tanto ir y
devenir sin objetivos concretos, me pedían a gritos un descanso.
Me senté en una piedra, y cabizbajo mirando al suelo me asaltaron una serie de
dudas que jamás había reparado mi joven mente, y a las que no podía dar ninguna
respuesta ya que nunca había contemplado enfrentarme con ellas, por lo que me
sobrecogí, y un temor desconocido que me invadió de pronto, me produzco mucha
desazón y desasosiego.
Contemplé ambos caminos como intentando averiguar por qué no seguían rectos
como los que había andado hasta ahora, y no hallaba una razón lógica, pero si supe presto,
que deberían conducir a destinos distintos, y que debería tomar uno de los dos si quería
llegar al mío, pero... ¿cuál de ellos?
De súbito, un ave de plumajes muy negros se posó en lo alto del palo que sostenía
el letrero de la izquierda dando unos graznidos que me sacaron de mi ensimismamiento.
Le miré con más curiosidad que atención. O mi mente desvaría, pero la oí perfectamente
mirándome con aquellos ojos negros, me decía.
—Toma el camino A, es el que te llevará al mundo de tus sueños.
Me restregué los ojos como queriendo quitar de ellos aquella visión que se me antojaba
insólita, pero allí seguía el pájaro, en lo alto de aquel palo que seguía hablándome.
—El camino de la izquierda es la ruta que conduce a la verdadera felicidad, pero
para ello debes desprenderte de ese morral para que puedas sortear todos los obstáculos
que se te presentarán. Es muy pesado y te impedirá moverte con desenvoltura.
—¿Cómo voy a desprenderme de todos los conceptos y enseñanzas que he
atesorado hasta hoy? Pregunté algo inquieto y malhumorado.
—El bagaje que portas son impedimentos para transitar por la ruta de las delicias.
Debes desprenderte inmediatamente de ellos. La solidaridad, la comprensión, la
generosidad, la bondad, la ternura y la caridad que portas en esa mochila impedirá que
llegues al final del camino A.

2

—¡Pero... pero...! Dije balbuceando. –Si esos han sido los valores que me han
inculcado mis preceptores y tutores, y...
—¿Y esos valores te han llevado a la verdadera felicidad? Me dijo la especie de
grajo negro.
—¡Bueno! No sé... Mis sueños son los de alcanzar la seguridad... por eso camino
por esta senda, pero esta confluencia de caminos me desorienta, y no sé cuál de ellos
conduce a la verdadera felicidad.
—La completa seguridad se encuentra en el poder de decidir y determinar, y para
llegar a este estado, has de saltar todos los obstáculos y romper todas las barreras que tu
mente ha establecido como paradigma de virtudes.
—¿Me estás diciendo que debo abandonar la senda del bien? Pregunté inquieto.
—¿Y qué es el bien y el mal? Me dijo el pájaro negro.
Me quedé vacilante. Mi inteligencia me decía que mis conceptos del bien y del
mal no tenían que ser los verdaderos, pero si me constaba que hay un bien y un mal que
todos asumimos y aceptamos como auténticos. De repente le dije al ave oscura:
—Tengo hambre. ¿Dónde puedo encontrar comida?
El pájaro poniendo cara de circunstancias, me espetó.
—Por aquí no encontrarás nada de comer, y si no sigues el camino que te he
indicado te morirás de hambre.
—¿Entonces para poder vivir, dices que he de abandonar todas las virtudes que
porto en la escarcela? Pregunté con cierto sarcasmo e ironía a la vez que iba vaciando las
honestidades de mi saco.
—Veo que aprendes rápido. ¡Exacto! Para subsistir y llegar a la meta del camino
del triunfo, has de desprenderte de todos los prejuicios que te ha inculcado... ¡Pero ¿qué
haces! ¡qué haces...! ¡No.... no.... no....!
Apuntando al volátil con una pistola que había sacado del fondo de mi talega.
—Seguir tus consejos, matarte para poder subsistir, tu carne me dará fuerza para
llegar a la meta del triunfo.
El pajarraco salió volando como alma que lleva el demonio mascullando palabras
ininteligibles. Aturdido y confuso, me hallaba sumido en una verdadera encrucijada
mental. Tenía mucha hambre y sed, y con las bondades de mi mochila desparramadas por
el suelo no podía saciarme. Miré al camino B, el camino que según el pajarraco no debía
tomar intentando encontrar algún indicio favorable que me sugiriera una opción a tomar.

3

De repente una paloma blanca, tan blanca como la nieve caía a mis pies herida. Con voz
trémula me dijo:
—¿Podrías darme un poco de agua? Me muero de sed.
Agité mi cantimplora y apenas quedaban dos gotas. Las puse en el piquito de la
paloma que le sirvieron para erguir su pecho hundido y hablarme de esta manera.
—Ya ves querido caminante como con sólo dos gotas de agua se puede salvar una
vida.
Me reí por mis adentros. ¡Y quién salvaba la mía! Haber salvado a esa pobre
paloma me producía tal bienestar que no sentía ninguna necesidad para mi cuerpo. Tomé
la paloma con mis manos, y dándole un beso la eché al vuelo.
Vi cómo se perdía en el horizonte por el camino B
Miré mis manos y en ellas había depositado un hermoso huevo que me sirvió de
alimento y designio para tomar el camino de la paloma.
Sólo dos gotas de agua y un huevo habían sido suficientes para comprender que
la felicidad se halla en la ausencia de poder. Se encuentra en el poder de comprender.

A las cinco de la tarde




Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados

Derechos Reservados/Copyright ©


A las cinco de la tarde,
habló la voz del poeta,
entre forrajes y matorrales.
Buscando árbol de sangre,
y en fiebre de arcilla.

Un poeta,
que no se ha muerto para siempre
porque le visita un brazo de la noche, 
por su ventana.
Que se levanta para oír aullar al perro asirio
y ama a Gadalquivir.
Ése que lleva una rosa de sangre,
con el corazón roído de culebras.

Lorca camina en una silla de arena,
se viste con la pluma de vidrio
y mira con ojos de estrellas.

Mira jinetes muertos,
en caballito fríos.
ansía una mano,
para su agonía.

El poeta
de las arriesgadas y creativas metáforas
y los sueños de lunas. 
El poeta de las mil caras:
Lorca romántico,
Lorca político,
Lorca niño,
Lorca español,
Lorca del mundo.

Al que por amor,
le duele hasta el aire.
El de los romances canciones y baladas
al creador de sublimes historias en los poemas.
Aquél, que veía dulzuras infantiles en la naturaleza.

Balas siniestras,
pretenden enfriar su corazón de agua,
pero resurge con su pluma de sable,
con su voz que se columpia en las mentes de las gentes,
cual martillazo incesante.
Perdura sus letras en los oídos, en los papeles y homenajes.

Torero que no se dejó vencer en la plaza.
Aunque venía sangrando.
Que fue engañado por una casada,
que le dijo que era mozuela.

Hoy tu perfil en la arena,
es un viejo silencio,
con cara desolada.

Vuelve dulce cantor,
España te llora, en mantillas de puntillas...